Hace unos días publiqué el Nº 1 de Rostros de Angola,
anunciando una nueva serie, pues son muchas las fotos que tengo recogidas de
ese país, no de mi propiedad, ya que no he podido cumplir mi sueño de visitar
Angola, sino de tantos amigos y amigas, que vivieron, trabajaron y recorrieron
ese gran país. Y no puedo tener escondidas estas fotos, pues a mí mismo me
subyugan, y deseos compartirlas,
Se trata de entrar en un pueblo porlos rostros y
los ojosde su gente.
Estoy
seguro que si observas con interés estas cien miradas y expresiones de este
conjunto de angoleños, hombres y mujeres, y, sobre todo, niños y niñas, podrás
llegar a decir muchas cosas de este pueblo.
Te quedan deseos de quedarte
prendido de esas miradas y expresiones y de entender por qué miran así, desde
tan chiquitos.
Este vídeo continúa la serie de rostrosque ya
hemos presentado de: Ecuador,
Brasil,Rwanda, Congo.
Y después de ver y volver a ver
las fotos de esta gente, más deseos me entran de seguir estudiando la sociología
de los países por los rostros y primeros planos de su gente.
El día 29 de diciembre
tendremos un encuentro de los abuelos y los niños para intercambiar experiencias
de la Navidad. Queremos hacer como un juego que llegue a lo profundo del
corazón:
Cómo era la Navidad hace 80
años, cuando los abuelos de ahora eran niños.
Cómo será la Navidad dentro de
80 años, cuando los niños de ahora sean abuelitos.
Y de todo ello, nos quedaremos
con lo esencial y lo celebraremos.
Ahora, para animarte a participar en este encuentro, te
mostramos el encuentro que tuvimos en Kuartango los niños y la comunidad hace
justamente dos años, el día 28 de diciembre de 2014.
¿Qué fue aquel encuentro? Es difícil buscar una palabra
para decir lo que fue.
Fue un poco todo…
Los niños de la catequesis habían dicho que
querían presentarse un día ante la comunidad, para darse a conocer y contar lo
que están haciendo.
Y prepararon un cuento navideño para
contarnos a todos.
Los padres se
involucraron.
El coro se unió
a la fiesta, haciendo más que un concierto, una representación cantada de la
celebración e integrando a los niños a la música.
Hubo danza.
Celebramos la Navidad.
Contamos la vida de Jesús.
Y continuando el encuentro con este Jesús
humano y sencillo, hicimos la misa.
Fue eso… y más
cosas.
Nos quedamos
con la espontaneidad de los niños, ellos son sinceros y dicen lo que sienten.
Aunque
han pasado unos años de aquella experiencia, ahora quiero mostrar, a través de
este vídeo de 46 fotos y 5 minutos, mi
sencilla pero profunda experiencia en una favela
de Belo Horizonte, de la mano de unas amigas ecuatorianas que trabajaban
allá, y me dieron la más grande lección de la entrega y la esperanza que
debemos tener si queremos cambiar la realidad de los más pobres.
Cuando
entré en la favela, la sensación fue tan fuerte que, a pesar de haber conocido
las situaciones de pobreza más extremas como los campos de refugiados de
África, los indígenas amazónicos arrancados de su hábitat y distintos suburbios
en ciudades latinoamericanas, que lo primero que me vino a la mente, se lo dije
a Tania, mi acompañante por la favela: “Esto
es el infierno”.
La
reacción de Tania, persona dulce y entregada con amor a los más pobres, fue
firme y rebelde: “Aquí he conocido -me dijo- las experiencias de vida y amor más hermosas”.
Después,
recorriendo con ellas la favela, sentí que era verdad.
Tania
me contó su experiencia cuando vivió durante una semana con una de las mujeres,
que se dedicaba a “reciclar”, es decir a rebuscar en la basura. Me mostró la
fe, la fuerza, de esta mujer.
Y además,
me di cuenta que mi expresión, de alguna forma, desvalorizaba la lucha absoluta
que lleva este grupo de mujeres por conquistar derechos y beneficios para los
moradores de la favela. Ellas no sólo tienen derecho a la esperanza, sino que
son las que realmente más hacen para que
cambien las cosas de este mundo más injusto.
Hace falta ojos profundos para descubrir la vida donde algunos no vemos
más que muerte. Hace falta una opción
muy clara para estar en los lugares exactos donde se deciden cosas
vitales. Hace falta coraje, rebeldía,
para desarmar todo aquello que se opone a la esperanza.
¿No
se te han saltado nunca las lágrimas al ver situaciones trágicas en la vida?
Una
vez, en el campo de refugiados de Goma, en R. D. de Congo, tuvimos esa
experiencia.
Ver a
los niños sufrir, sin perspectivas de futuro ni de nada, como consecuencia de
ese maldito mineral que es el coltán, la base de los ordenadores y móviles, con
los que el mundo se entretiene inconscientemente, mientras estos niños víctimas
de las profundas injusticias malviven en aquel campo de refugiados, es algo que
te rebela, que te hace derramar lágrimas de impotencia, de indignación. Y
cuando estos niños te abrazan y te sonríen, vuelves a llorar de emoción y de
gratitud.
¡Este mundo es
una porquería, mientras tenga estos niños tirados allá y nos dediquemos aquí a
vivir instalados en nuestro castillo del bienestar!
Y cuando el papa
Francisco dijo en Filipinas que al mundo de hoy “le falta aprender a llorar”,
nos acordamos de esta historia nuestra de los niños del campo de refugiados. En
Filipinas, una niña de doce años llamada Glyzelle Palomar, le dijo a Francisco:
“Hay muchos niños
abandonados por sus propios padres, muchos niños que son víctimas de muchas
cosas terribles como las drogas o las prostitución. ¿Por qué Dios permite
estas cosas, aunque no es culpa de los niños? y ¿Por qué tan
poca gente nos viene a ayudar?".
Y Francisco dejó de lado su discurso preparado y
explicó la importancia de aprender a llorar y dijo que “sólo ciertas realidades
de la vida se ven con los ojos limpiados por las lágrimas”.
Así que les hemos contado esta historia a nuestros niños de Kuartango, para
que conozcan la realidad.
¡Aquí va la
historia, en este Vídeo de 4 minutos y 42 fotos, con música!
Este reportaje “RAÍCES MONTUBIAS” contiene 60 fotografías
de “aquellos tiempos” de vivencias profundas en tierras de Manabí y Los Ríos,
en Ecuador.
Aún no existía la cámara digital. Muchas fotos no son mías,
sino que reposan en mis archivos, provenientes de distintos autores y lugares.
Y deseo sacarlas a luz y compartirlas con los amigos y amigas del extenso mundo
apasionado de la cultura.
Esta presentación desea mostrar que el pueblo montubio, en la Costa Ecuatoriana, es un pueblo vivo. Y
esto lo vas a percibir a través de las miradas
francas de los niños, a través de la
laboriosidad de sus hombres y
mujeres y a través del ambiente desenfadado
y espontáneo de sus gentes.
Hacen falta ojos
especiales para captar la esencia
de un pueblo. Estas fotos quieren contribuir a ello.
Creo que vale la pena dedicarse más ardientemente a
descubrir los valores de la cultura
montubia, la forma de ser y pensar del hombre y la mujer montubios. Una
tarea pendiente.
¡Mira, observa y, sobre todo, disfruta!
La canción “Raíces y sueños”, compuestas por Nerio David
(música) y Juan Ramón Etxebarria (letra), da vida y sentido al recorrido.
Se trata de entrar en un pueblo porlos rostros y
los ojosde su gente.
Este vídeo continúa la serie de rostrosque ya
hemos presentado de: Ecuador,
Brasil,Rwanda, Congo.
Estoy
seguro que si observas con interés estas cien miradas y expresiones de este
conjunto de angoleños, hombres y mujeres, y, sobre todo, niños y niñas, podrás
llegar a decir muchas cosas de este pueblo.
No son fotos mías, pues siempre
me quedó pendiente mi visita a Angola. Pero reposan en mis archivos muchas
fotos de amigos y amigas, que vivieron, trabajaron y recorriendo este gran
país. Y quiero sacarlas a luz y compartirlas, porque te aseguro que valen la
pena. Y son tantos, que espero publicar un segundo reportaje de rostros
angoleños.
Y después de ver y volverá ver
las fotos de esta gente, más deseos me entrar de cumplir mi deuda.
El Corazón manabita - Costa alegría - Levántate, Manabí
Esta
vez, para penetrar en las raíces de Manabí, te invito a recorrer estas sencillas pinturas. Son los
primeros dibujos que hice, en aquellos años de mi identidad profunda con el
pueblo manabita.
Cuando regresaba
del campo, de visitar las comunidades, necesitaba mostrar lo que había visto y
sentido, y con un lápiz corriente, un rotulador o unos lápices de colores,
muchas veces de noche, a la luz de una vela, me ponía a dibujar.
Son dibujos ingenuos, sencillos, infantiles, técnicamente
limitados. Pero es que el lápiz no se movía por el dominio de la técnica, sino
por la fuerza del amor a aquel pueblo.
Estas pinturas espontáneas querían descubrir la vida, recorrer
el perímetro de la pobreza, los escondrijos donde luchan por la subsistencia
aquella gente sencilla y campesina de las montañas manabitas. Pero, sobre todo,
pretendían animarles a vivir con esperanza, a creer en sí mismos, a construir
comunidades vivas. Querían ser pinturas utópicas, para ayudar a sus
protagonistas a construir un pueblo libre, pleno de derechos.
Por eso, rescato ahora estas
imágenes, para ayudar al pueblo manabita a levantarse de la tragedia del
terremoto del 16 de abril de 2016 y a construir el nuevo Manabí con sólidos fundamentos.
Acompaña a las
pinturas la canción “Costa alegría”, que refleja muy bien el ambiente y
el espíritu de la costa ecuatoriana y que habla de: campiñas, ríos y esteros;
de los hombres y mujeres trabajadores; del ritmo y la energía; de guitarras,
acordeones y poetas; de cariño, de derroche de alegría, de fiesta. Valores en
los que se asienta el viejo y el nuevo Manabí.
Con esta canción “Manabí de mis amores”, de Gabino Espinosa
-y que no podemos escucharla “los manabas” sin sentir el vaivén de la sala al
contoneo de las parejas de baile-, seguimos recorriendo Manabí y transitando
por cada uno de sus Cantones.
Alguien me hizo ver que en la anterior
publicación, en la canción, faltaba el Cantón San Vicente, de más reciente
creación. Así que no es mala la observación para poder seguir descubriendo esta
tierra y cargando de energía a los que tienen que levantarla.
Y con estas cuarenta fotografías de Aitor Arbaiza
seguimos entrado por los poros del alma manabita, por el estilo desenfado de
sus gentes, por su esencia campesina y montubia, por su coraje y su empuje
emprendedor.
¡Así es Manabí!
Y todo va a hacer falta para levantarse,
tras la tragedia sufrida por el terremoto del 16 de abril de 2016.
De la mano de esta canción, hacemos un rápido recorrido por
los 22 Cantones de Manabí, por sus veinte mil kilómetros cuadrados, por sus 350
kilómetros de costa. Manabí tiene mucha zona rural, ciudades progresistas y
playas exóticas e inmensas.
Y a
través de estas cuarenta y seis fotografías que presentamos en este vídeo de
tres minutos, queremos reflejar al millón cuatrocientos mil manabitas.
Manabí es muy
rico y variado.
Pero, en este resumen, a través de estas
miradas, de los gestos, de las expresiones, es preciso que entres en el alma
manabita.
Porque de esto se trata: Afirmarse en las raíces para
levantar de nuevo el pueblo Manabita.
El 16 de abril de 2016 Manabí sufrió el
trágico terremoto.
Siguiendo la colección de ROSTROS(ya he publicado los de: Ecuador, Brasil, Rwanda),
aquí van estas cien
imágenesde R. D. de Congo.
Mi paso por este país fue breve. Pero no quiero que la
experiencia vivida quede escondida. Y deseo mostrarla a través de la fuerza de
los primeros planos.
¿Sabes? Estas miradasy expresionesque vas a ver corresponden a personas que vivían en Campos
de Refugiados, en Orfanatos, en Centro de niños desnutridos.
Es importante preguntarse por qué, en medio de tanta
tragedia, ellos nos muestran sus miradas francas.
Porque ellos desean que apostemos
por su causa.
Y que nuestra
solidaridad nazca de la ternura y no de la superioridad.
Esta canción que escucharás en
el vídeo es del “inconfundible Candela”. Sí, para todos los que hemos conocido
y participado en las comunidades de Manabí, se trata de Manuel Candela, del San Isidro profundo, más adentro de La Chonta,
en Toquillal, el hijo de Carmen, esposo de Esteli y yerno de Elena. Es un
hombre alegre, bohemio y líder de su pueblo, que nos amenizaba las reuniones de
las comunidades con su guitarra y sus cantos, que siempre hacían referencia a la realidad de la vida.
Y
deléitate con las fotos de nuestros fotógrafos manabas de corazón: Pablo
O´Connor y Aitor Arbaiza.
Es que si tú nohas escuchado estas canciones o no las has
tarareado o no has vibrado con ellas, no
eres manaba.
Si tú no has pasado una noche entera en una casa típicamente
manabita, con un horno grande lleno de mujeres preparado carne de chancho,
alfajores y rompope, y con una sala inmensa, celebrando el velorio de San Pablo
para ahuyentar a la culebra, y no has bailado junto a otras muchas parejas
estos ritmos frenéticos, que hacen moverse y traquetear toda la casa con sus
horcones de guayacán, si no has hecho eso, es que no eres manaba.
Sí, el manaba es alegre, divertido,
echado p´adelante y, como dice el mismo Candela, es capaz de bailar en su
propio sepelio.
Así que, ¡Manabitas, levantemos nuestras
casas…!, ¡¡¡Que hay que seguir bailando!!!
Siguiendo con nuestro objetivo de motivar al Pueblo
Manabita a levantarse de la tragedia sufrida en el terremoto, mostramos este
vídeo LA TEJEDORA MANABITA.
Todos nos hemos emocionado muchas
veces con esta Canción Romance, sentimental y poética, que te llega al corazón.
En honor de la justicia hay que
decir que la profunda belleza de este vídeo de tres minutos, se debe, sin duda,
a los compositores de la canción:
Francisco
del Casti (autor de la letra) y Filemón Macías (autor de la música).
Y, también, de una manera muy especial, al autor
de las fotos, un amigo irlandés, más manaba que nadie, Pablo
O´Connor, que ha sabido captar en esta fotos la esencia del pueblo
manabita.
Todos los que somos de Manabí o
hemos vivido muchos años en esa tierra, nos sentimos identificados hasta las entrañas en estas imágenes: gestos,
rincones,
expresiones,
miradas,
escenas, típicamente manabitas.
Parece que nos reconocemos en cada una de estas fotos. Es decir, que la belleza
de este vídeo se debe también a todos nosotros, que amamos profundamente Manabí
y aportamos por su reconstrucción.
Dura tarea la de levantar este pueblo. Pero
estos valores y este espíritu, que emana de este vídeo, son energía para
nosotros.
Sí, éste es el objetivo de este vídeo y de los
siguientes: proponer motivos y razones para que este gran pueblo que es Manabí,
provincia de Ecuador, se levante de la dura tragedia sufrida en el terremoto
del 16 de abril de 2016.
Estamos apoyando proyectos de reconstrucción y
queremos que la marea de solidaridad no se detenga.
Pero
las principales piedras para la reconstrucción son el ánimo, el espíritu y la
ilusión.
Con la canción
“MANABÍ, TIERRA HERMOSA DE MIS SUEÑOS” -que hemos cantado miles de veces-
y con las fotos de amigos buenos
fotógrafos, hemos compuesto este vídeo.
Podrás ver el
vídeo y escuchar las cinco canciones que compusimos para el Ballet Folclórico
Danzas-Baba. Las hemos acompañado de multitud de fotos que seguro te ayudarán a
penetrar en el alma montubia, no sólo por la música y la letra sino por la
fuerza de las imágenes, miradas, gestos y expresiones.
Autor de todas las canciones: Juan Ramón Etxebarria
Compositor y cantante de todas las canciones: Nerio David
Cantante invitada: Mariel Córdoba
Corazón montubio son canciones que unen las raíces y los
sueños. Aquí resuenan amorfinos, cuentos, las viejas historias de nuestros
mayores: es ir rastreando la identidad de una cultura. Pero aquí está también
el grito de un pueblo que proclama al son de la música sus derechos, su deseo
de vivir, su aspiración de ser un pueblo libre.
Son las canciones de todos los tiempos que hablan, desde una
tierra real y concreta, de sentimientos universales: la ternura del amor, la
pasión por la vida, los hijos, los compadres y la lucha de un pueblo que quiere
surgir.
El Ballet Folclórico DANZAS-BABA le pone movimiento y
belleza al caminar del pueblo montubio.
Nuestro amigo y
compañero Peli Romarategi cumplió 94 años el 30 de enero de 2016. Presentamos ahora
este Vídeo titulado “La
belleza de la sencillez”,que preparamos
cuando cumplió los 90 años y hoy lo actualizamos, porque Peli sigue cumpliendo
años y sigue trabajando.
El Documental de 40 minutos se basa fundamentalmente en una
larga entrevista que le
hicimos a Peli, donde relata detenidamente los pasos de las distintas etapas de
su vida. Interesante para conocer casi un
siglo de historia del pueblo vasco, del compromiso solidario y de los
valores artísticos de este pueblo.
En este momento en que hemos celebrado el centenario de vida de nuestro compañero
Bittor Garaigordobil-el
obispo de los cien años de libertad y solidaridad y de las partidas al mus-
y lo estamos difundiendo a través de un libro y un documental preparados al
respecto, es interesante conocer esta otra cara de una historia -la de Peli-,
que tiene mucha semejanza con la de Bittor, sobre todo en ideales y en valores.
La historia de Peli, desde su identidad de misionero seglar y de artista de los
mosaicos y vitrales -artesano, como a él le gusta identificarse-, quizás es más
humilde, pero igualmente apasionada por la vida, por la justicia y por el arte
y la belleza que provienen del compromiso por los más pobres.
Creemos en la
grandeza de lo pequeño. Admiramos la belleza de la sencillez. Nos
apasiona el trabajo paciente, callado, de cambiar este mundo, desde abajo, desde los más pobres.
Hay muchas
personas así, en muchos rincones de la tierra, entregados totalmente al servicio de los que más sufren, y
muchos hombres y mujeres muy humildes construyendo mundos de justicia, de
igualdad y de liberación.
Aquellos murales
que hacía, y sigue haciendo, nuestro amigo y compañero Peli Romarategi son para
nosotros una referencia del mundo en el que creemos. Cogía una piedrita de un centímetro
cuadrado, la perfilaba, hacía de ella una obra de arte, y luego esa piedrita
queda fundida junto a otro millón de pequeñas piedras componiendo el gran
mural.
O tomaba en sus manos un vidrio de colores, lo pulía, le
sacaba aristas que descompusieran la luz del sol y provocara irisaciones ensoñadoras.
Peli sigue trabajando y haciendo murales. Ha reducido las
dimensiones de sus trabajos pero ha pulido y perfeccionado la calidad.
Siguiendo con la serie de “rostros-espejos
del alma”, damos un salto hasta Brasil para entrar en la hondura de este
inmenso país por el mismo camino de los ojos, las miradas, las expresiones y
las sonrisas de la gente.
Estos 100 rostros
quieren ser también un sencillo tratado de sociología. Se pueden decir las
cosas con mil palabras o con un gesto que expresa una actitud.
Lo que hay detrás de estos semblantes
brasileños son las favelas con su crudeza o la profundidad de la selva
amazónica o el mundo natural de los indígenas.
Pero entrar en un
pueblo no es mirarlo neutralmente, sino implicarse en su devenir. Y estas fotos
quieren eso: no sólo que las contemples, sino tocarte las entrañas, que puedas
sufrir y gozar con ellos. Y luchar por su liberación.
¿A qué estos rostros parecen
hermanos –con sus diferencias- de los rostros ecuatorianos? Latinoamérica es un
gran país en el que, aunque persistan grandes diferencias y fronteras, su
verdadera constitución está, sobre todo, en ese rictus de nobleza que muestran
los niños y niñas que vas a ver.
Fue un viaje
corto, pero me traje miles de regalos, porque cada foto y cada mirada de éstas
para mí, por lo menos, tiene una magia que me lleva a comprometerme y a luchar
junto ellos.
Escúchalo con esta música
endiabladamente brasileña y déjate llevar por su ritmo; no te importe poner a
bailar tus pies o tus dedos ni dejarte enamorar por este gran país, como me
pasó a mí.
Ojalá tú
también, después de este recorrido, te sientas más utópico y motivado a… “¡A SEGUIR SIEMPRE ADELANTE, HASTA LA VICTORIA FINAL!”
Se puede mostrar la esencia de un pueblo, su realidad, su
espíritu, sus valores, a través de los primeros planos de la gente, de sus
gestos, de sus miradas.
Estos 100 rostros son como un largo libro de sociología.
Debes dedicarte a contemplarlos, tratando de entrar dentro de la vida de este
país a través de los ojos de sus habitantes. Casi se podía titular: “La manera
de sonreír de un pueblo” o “la manera de mirar…”; puedes observar esa semejanza
contagiosa de sus sonrisas y sus miradas francas.
Deseo rescatar tantas fotos maravillosas
que reposan en mis archivos y compartirlas contigo. Es un privilegio tan grande
haber compartido amistad o momentos de encuentro con estas personas, que no
puede quedar encerrado en un disco duro. Cada foto y cada persona que aquí
aparece es una larga historia, llena de sentimientos y vivencias.
Como ejemplo concreto, la canción que
acompaña a este Power Point, me la enseñó Don Fortuna, en la comunidad de La
Estacada de Baba (Los Ríos), que la tocaba con su armónica con sus más de 90
años. La grabamos para que los chicos y chicas del Ballet Danzas-Baba la
danzaran. Don Fortuna aparece tocando la armónica en una de las fotos de este
reportaje.